ANTE NUESTRA EXTRAÑEZA,
SE NOS DIJO QUE LA MAQUINARIA ENCARGADA PARA LA OBRA SE HABÍA PERDIDO
AL NAUFRAGAR EL BARCO QUE LA TRAÍA.
Y SE HA CONTINUADO IMPERTERRITAMENTE EN ESTA INSANIA,
CALCULANDO QUE DEMORARÁ LA OBRA,
DE LA FORMA EN LA QUE SE EFECTÚA,
MEDIO SIGLO.
En este proyecto, en cuatro instalaciones o escalas de un recorrido, señala pistas que cargan con los fragmentos de un texto del diario El Mercurio de 1942. Obra a obra se van completando las frases de un párrafo que habla de los fracasos del intento de apertura de un artificial canal navegable.
Istmo de Ofqui, una quimera de la ingeniería que se interrumpió dejando pocas explicaciones y un paisaje de testigo. La denuncia de un reportero de hace 80 años atrás sirve de voz para re-enunciar el utópico proyecto, siempre en peligro de retomarse.
Letras cavadas en terreno que arman una frase, la cual contiene a su vez una palabra ausente iluminada. Subtítulos que acompañan el registro de un accidentado caminar proyectado sobre agua. Un enunciado que no se deja leer al girar sobre sí mismo dentro de un acuario. Una señalética informativa hundiéndose resignada en la laguna del Parque Quinta Normal. Palabras móviles, sumergidas, escurridizas. Mensajes encriptados que recorren la ecuación esfuerzo/resultado de diversos modos. Lo hecho, lo desecho, lo vuelto a hacer, un flujo de ambiciosas intenciones y mínimos resultados.
Fotos Benjamín Matte / Marge Gómez / Taller Buena Mano